Echoes-Port. Copyright John Howe 2005 El Castillo de Tyntagyl: San Gil

fimmtudagur, september 28, 2006

San Gil



Siempre he sido de los primeros en decir que en el momento en que me ofrezcan salir del país, sea de vacaciones o sea por cualquier otro motivo, no dudaré en hacerlo. Esto tal vez por la poca fe (lo confieso) que le tengo a este pedazo de tierra.

También me pasa que cada vez que salgo de la ciudad a cualquier otra región de este país, quedo completamente enamorado del lugar en donde estuve, en este caso, del departamento de Santander.

Aprovechando esta semana de "reflexión" que muy amablemente nos ofrece una vez al semestre "La Mentira", decidimos irnos de viaje un tiempo fuera de esta ciudad, el destino, San Gil, un lugar reconocido por los deportes de carácter "extremo" que se pueden hacer allá. Y si, a eso íbamos, a experimentar emociones de este tipo... experiencias que tal vez alguna vez en la vida se me había ocurrido pensar en vivir.

Con la propuesta del viaje comencé a investigar que era lo que se podía conocer allá, obviamente estaba Barichara, mencionado y recomendado cientos de veces por muchas personas que conozco, también está el parque El Gallineral el cual sobrepasó mis expectativas y sobre todo el tipo de deportes que se pueden hacer allá. El plan era de esos que llaman "guerrero", irse con 200000 pesos cuatro días a ver que se puede hacer, no era más.

Llegamos a nuestro destino después de sobrevivir seis horas en una de las folklóricas flotas de acá, con un degenerado completo en el timón y uno que otro reggaetón (puaj!) sonando, afortunadamente íbamos preparados para eso y en últimas el viaje fue mas ameno de lo que creímos. El siguiente paso era encontrar un lugar donde quedarse, por suerte nos habían recomendado un hotel de 10000 pesos la noche con todo, fue perfecto, lo usamos solo para dormir.

Apenas nos instalamos fuimos a averiguar acerca de lo que pretendíamos hacer, afortunadamente nos encontramos con una persona especialmente amable quien a decir verdad nos consintió bastante, nos recomendó qué podíamos hacer, que era mejor no hacer, que podíamos hacer en ese momento y nos hizo hasta descuento. Que señora tan del carajo. Como ya era tarde decidimos dejar los deportes "extremos" para los días siguientes y nos concentramos en visitar el parque El Gallineral... que cosa tan impresionante, lo tienen tan bien cuidado que de verdad da gusto y sobre todo dan ganas de quedarse ahi la noche entera... es un paseo de una hora entre quebradas, árboles de cientos de años, el borde del rio Fonce entre una cantidad de pájaros cantando y volando alrededor de uno, jardines que parecen sacados de cuentos de hadas y un ambiente especial.

Al día siguiente comenzamos con una caminata ecológica en las cascadas de Juan Curí, esta dura unos 40 minutos y termina en un pozo natural hecho por la misma cascada, en sí parece una piscina redonda donde termina una caida de unos 180 metros... algo increíble de verdad, además que el lugar es muy fresco, el sol solo entra a medio día y durante una hora y media, un lugar mágico sin duda alguna... El descenso a San Gil decidimos hacerlo por el rio Fonce haciendo canotaje o "rafting" para los bilingües; fue bastante interesante pues lo que nos estaban pintando en la charla de instrucción daba para un paseo demasiado arriesgado, con serias probabilidades de terminar ahogado... no fue así, los 11 kilómetros de descenso por el rio fue una de las mejores experiencias que he vivido, nunca pensé que fuera a ser así pues como dije antes nunca me habia llamado la atención hacer algo por el estilo, en fin, el paseo fue genial.

El tercer dia tuve la oportunidad de superar dos temores de siempre. El primero era el temor a las alturas, todo estaba muy bien hasta que me acordé que el rappel consiste en bajar una pared de 80 metros de altura y me vine a acordar 10 minutos antes de comenzar, confieso que el temor creció cuando me vi de espaldas al abismo, con el casco puesto y ya preparado para bajar, creo que la descarga de adrenalina no había sido tanta en mucho tiempo. A pesar de ser la primera vez de todos ahí, bajamos en muy buen tiempo, o por lo menos eso fue lo que nos dijeron después. El segundo temor es a los lugares cerrados y oscuros y ese si me tocó enfrentarlo de primero al tener que entrar a la "cueva de la vaca" por medio de un hueco en la pared de unos 60 centímetros de altura cubierto de agua hasta la mitad y completamente oscuro... lo confieso, lo pensé dos veces antes de entrar y estuve a punto de retirarme, gracias a Dios no fue así... con esto entré a un mundo completamente misterioso, algo mágico, una cueva de millones de años con salones de 10 metros de altura, paredes de 80 metros donde se hace rappel, estalagmitas, estalagtitas y estalagnatos que crecen un centímetro cúbico cada 35 años (y habían unos del tamaño de una columna del Partenón griego) murciélagos y un manantial del cual no se sabe cual es su origen todavía, de agua pura, fría... una cueva completamente oscura, espectacular. Lo nuestro fue un recorrido de un kilómetro y medio de los 16 kilómetros que se conocen que tiene la cueva por ahora, pues no se ha encontrado su final.

El último día decidimos pasarlo en Barichara, un pueblito colonial, muy pintoresco y demasiado caliente para mi gusto, de todas maneras vale la pena verlo. A pesar de no haber conocido los lugares históricos por ahora me bastó con ver el mirador, el cementerio y el parque de las aguas, tres lugares hermosos en un pueblo perdido en el espacio y detenido en el tiempo, de todas maneras tengo motivos para volver. Ya en el momento en que más me sentía apegado a esa región era hora de devolvernos, el viaje había terminado y volvíamos a las tierras altas de donde somos originarios, a la tierra fría que no me molesta en lo absoluto, pero que en ese momento tal vez quería olvidar por un tiempo.

En fin, quedé encantado con esta región del país, de paisajes espectaculares, de personas especialmente amables cuyos razgos criollos se mezclan a veces con unos ojos azules de mirada penetrante, un lugar donde el contacto con la naturaleza es inmediato, por donde se le vea es un lugar especial al que espero volver pronto.

San Gil, un lugar recomendado siempre.

Sir Gawain

2 Comments:

Blogger Goggins Godot said...

ojalá no se convierta en el destino de los neo-hippies y lo vuelvan una tremenda porquería como hicieron con villa de leyva...

Si, pasamos bueno porque había quietud y por la amabilidad de la gente... cosas que suelen acabarse con el turismo indiscriminado. A veces creo que el final de "la playa" debería convertirse en un objetivo...

Común {Fundamentalista}

15:23  
Blogger Lina Q said...

Es mi turno! hoy estoy oficialmente en receso, vamos a ver qué me invento!!! un saludo

08:11  

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