Echoes-Port. Copyright John Howe 2005 El Castillo de Tyntagyl: Omúnculos en el país

miðvikudagur, febrúar 07, 2007

Omúnculos en el país




Este país espanta a veces. Ya lo pienso mucho antes de salir a hacer cualquier vuelta para ver si me puedo ahorrar el viajecito a cualquier lado, sobre todo si se trata de ir a cualquier "honorable" institución del Estado.
Y como al que no quiere caldo se le dan dos tazas, en estos días me ha tocado mamarme el triple ese trajín. En fin, ya me he dado cuenta que mi pereza no se debe tanto al viajecito en el "excelentísimo" sistema de transporte público o masivo de la ciudad, sino que cuando llego a donde toca, por lo general me encuentro frente a frente con ese espécimen que pulula por todos lados... Para mí, el responsable de que este país se mueva a paso de babosa: el "funcionario" de camisa y corbata.
Este tipo de omúnculo se encuentra en casi todos los puestos de nuestra bienamada burocracia estatal... mentira, en todos. También se puede encontrar en los bancos o hasta en las bibliotecas de las universidades... son una plaga! Este señor se identifica fácilmente porque en el lugar en que se encuentre (a menos que sea en un transmilenio) nunca va a tener puesta la chaqueta que es propia del vestido de paño como debe ser sino que anda en camisa (si es posible rosada), con su corbata la cual cuenta con un nudo del tamaño de un puño al mejor estilo de corbata de busetero, el "botón del bobo" suelto y las mangas de la camisa, por lo general, dobladas hacia arriba. Este hombre promedio, que carece totalmente del sentido de la buena presentación personal, deja ver collares y manillas compradas en ese paseíto a Girardot entre lo poco que le queda de una pinta decente. Además, es frecuente ver el exceso de gel que se echan en el pelo, formando así una imagen homogénea de este espécimen. No hay distinción alguna, trabajen donde trabajen.
Pero no solo en la "pinta" se parecen, todos actúan igual, todos son el propio gomelo de vereda, todos, a la hora del "corrientazo", salen con su característica camisa y corbata y además con las gafas de sol de ese paseíto a Santa Marta, todos en gavilla a alimentar su mediocridad... mediocridad porque cada vez que pagan una bandeja paisa o un pollo a la plancha con sopa, postre y jugo de mora mal revuelto a 3500 pesos, terminan tan indigestados que en el momento de volver a "laborar" no pueden ni con ellos mismos, se vuelven lentos, antipáticos y poco productivos... comienzan a hacerse los "locos" y a tomarse su tiempo muy descaradamente para hacer las cosas.
Esta gente no sabe nada mas que no sea lo estrictamente propio de su oficio (poner sellos) así que para uno no es raro tener que dar vueltas por todo el local o edificio averiguando quien va a poder ser capaz de ayudarlo con algo. No sólo eso, a pesar de tener una fotocopiadora al lado, le piden a uno "tres copias de la cédula agrandadas en un 43.5% y a color" y un "vuelva en dos horas y le tenemos la copia autenticada".
Este país espanta porque no va a salir adelante mientras que estos alfeñiques mal vestidos sigan ahí sentados, con una gaseosa y unos doritos al lado del computador con el MSN conectado, haciendo nada porque poner sellos es mucho trabajo y esperando bien sea la hora del almuerzo, o cualquier minuto para tomarse un café, o la hora de salir.
Sir Gawain, "vuelva mañana a las 9, ya es mi hora de almuerzo" *cierra la ventanilla*.

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