Echoes-Port. Copyright John Howe 2005 El Castillo de Tyntagyl: Lo último en arte corporal

mánudagur, júní 19, 2006

Lo último en arte corporal


Desde tiempos inmemorables el hombre ha adornado su cuerpo por muchas razones, por ejemplo como muestra de estatus social, como prueba de un logro conseguido o como ritual de iniciación entre otros motivos; el hombre lo ha hecho bien sea con aretes, joyas o tatuajes (y los demás que ustedes sepan). Hoy en día la costumbre sigue y vemos a miles de personas tatuadas por todo el cuerpo o llenas de piercings por todos lados o con extensiones en las orejas… lo más pasado que he visto es un gringo que quiere convertirse en un gato. Todo esto lo hacen con motivos variados, por lo general se ve como muestra de rebeldía o como la manera más apropiada de dar a conocer algo, de llevar un mensaje.

Me parece genial eso, todo este cuento forma parte del “libre desarrollo de la personalidad” y lo que viene implícito ahí, me parece bien que la gente pueda hacer con su cuerpo lo que mejor le parezca, es mas, hubo un tiempo en el que estuve determinado a hacerme un tatuaje, ya hasta tenía el diseño listo pero en últimas se me pasó la fiebre... de hecho creo que lo único “diferente” que le he hecho a mi cuerpo es haberme dejado el pelo largo por un buen tiempo, y eso, si es que el pelo largo puede llamarse “diferente”.

Bueno, yo pensaba que la obsesión de este tipo de convertirse en un gato era lo más pasado que podría encontrar, pero no, resulta que el viernes pasado llegué a la casa como a las 11:30 de la noche, prendí la televisión en “Cinemax” donde estaba comenzando un documental (estuve buscando el nombre en la página del canal, pero no lo encontré, se los debo.) Este muestra como un tipo de unos 23 años, gringo, lleno de piercings y tatuajes por el cuerpo, cuenta como ya está cansado de estos, pues ya no muestran el mensaje que el quiere hacer conocer de la manera apropiada, así que decide cambiar la manera de llevar ese mensaje. El tipo dice que siempre se ha sentido oprimido por la sociedad, por lo que decide hacerse algo nuevo en el cuerpo: Decidió dispararse para dejarse una cicatriz de bala.

Lo que más me sorprendió es que ya en Estados Unidos hay personas especializadas en hacer este tipo de cosas, como cualquier persona que hace tatuajes, ya hay algunas cuyo oficio es dispararle a los que quieren dejarse marcas de este tipo. El documental se desarrolla con la llegada del tipo al taller del “artista”, es un garaje donde hay un mueble lleno de armas de fuego de todos los calibres, costales para recibir los disparos y hasta una silla donde se sienta el cliente. El tipo cobra los 500 dólares que cuesta el disparo, le pide al cliente que escoja el arma y la bala para usar (escoge un revólver .38 largo con bala de punta hueca. Este tipo de bala se expande al contacto con el cuerpo, lo atraviesa y a la salida deja un hueco del diámetro de una mandarina en la persona, arrancando un buen pedazo de carne. Esta bala está diseñada para matar, cosa distinta a otros tipos de munición), le cuenta que es lo que va a sentir en el momento del disparo, le aclara que hay una ambulancia a la salida esperándolo y prepara el arma. El cliente le dice que si quiere le firma una especie de “acta de ausencia de responsabilidad” a lo que el artista le responde que no es necesario. En fin, el artista le pone una toalla, lo sienta delante de los costales, le unta un poco de alcohol en el lugar donde va a disparar (bien cerca al corazón, por cierto, lo escogió el cliente) y PUM!

El cliente salta de la silla gritando y maldiciendo, casi no se puede mantener de pie… se alcanza a ver en los costales el hueco, rodeado de sangre y quién sabe que más, que la bala ha dejado al salir del cuerpo… Al final, el cliente se mete en la ambulancia y todo termina. Después el cliente, ya recuperado, comenta que si fuera posible, habría pedido que le dispararan en la cabeza, pues una cicatriz de bala ahí mostraría de una manera más clara lo que le quería decir a la sociedad…

Todavía me cuesta creer lo que vi… no espero que la moda ahora sea dispararse de esa forma para “adornar” el cuerpo, sobre todo porque las armas son algo que definitivamente no se puede tomar a la ligera, son objetos a los que toca tenerle un respeto inmenso. También me indigna un poco el hecho de que en el mundo hay miles de personas, entre soldados y civiles, que han quedado paralíticos por un disparo, por una bala perdida… o personas que, en mitad de una guerra, tienen la angustia permanente de que en algún momento pueden recibir un disparo que acabará con sus vidas mientras que hay personas en otra parte del mundo que ahora deciden dispararse por “arte” y otras que se lucran haciéndolo.

Sir Gawain

1 Comments:

Anonymous Nafnlaus said...

NO conseguiste el nombre del Documental ??? Saludos

12:26  

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